jueves, 23 de agosto de 2007
Voy camino de volver a ser un ángel
Pero quizá consiga que esto sea diferente. A lo mejor necesitas las alas completas porque quieres volar y empiezas a ir descalza porque no te importa quedarte sola, de pie, quieta.
Sabes que tienes mucha suerte, hay gente que jamás vivirá ni siquiera una historia parecida de todas las que te han rodeado, de las que te rodean. Ya no eres una espectadora del cuento en el que te ves inmersa sin querer. Ahora quiero yo.
Pase lo que pase, lo conseguí. He vuelto a tener fuerzas.
lunes, 20 de agosto de 2007
DESPEDIDA
EL CAMINO DE REGRESO
Hasta entonces nunca me habían aterrado
de esta forma los aeropuertos.
Lléname de abrazos, lléname de besos,
creo que anunciaron tu vuelo.
Y entre lágrimas tu figura es devorada por la gente,
y una fiera maloliente clava en mi alma sus afilados dientes.
Sus afilados dientes.
Quedo con el sabor metálico de la soledad
y deshojo el calendario.
Tengo miedo, tengo frío y dudo,
y hago repaso.
Fugaz e indeterminado, como un sueño ha comenzado
esta historia y no sé, en verdad, si fue real.
Quién me iba a decir que te iba a encontrar una noche casual,
yo ejerciendo de torpe sentimental.
"¿Qué haces aquí? A punto estaba de marcharme,
qué bueno es encontrarte".
Y tú y yo inmóviles, y en torno a nosotros
giraban colores, pasaban horas, rostros.
Pasaban horas, rostros.
Pero nada de esto era importante,
"así que háblame de ti y no pares".
Apenas te dejaba la música con su metralla.
"Cuéntame cómo era todo antes".
Aunque seriamente dudo si en verdad hubo un antes,
sólo recuerdo bien, con nitidez, que hubo un después.
Entre empujones, entre la gente,
me acerco torpemente con taquicardia adolescente,
en aquel bar donde no entra ni un rayo de luz,
sé que fuera, sé que fuera amanece.
Sé que fuera amanece.
Nuevos reencuentros, nuevas confesiones, y de repente me veo
perdido en un aeropuerto,
con las pesadillas que día a día me acompañan, cotidianas,
con las que me atormento:
A qué son bailan tus caderas,
que sudores te alimentan, tengo tanto miedo
de que olvides el camino de regreso,
el camino de regreso.
(Ismael Serrano)